La vida de un trabajador no especializado en cinco minutos de lectura.

Prólogo: Especializado o no, en el sistema neoliberal español eres la base de la pirámide, el que sostiene todo el tinglado montado por la cúpula piramidal, si la base se mueve la cúpula se cae, por eso dictaron normas y leyes a su antojo para que no te muevas, eres el peón, el » esclavo» sistematizado el que soporta duras horas de trabajo laboral para que otros enriquezcan rápidamente a tu costa, eres un ser insignificante para » ellos» y a la vez eres oro molido para sus bolsillos, como todos no pueden ser jefes te atan corto y de vez en cuando te » pelotean» con menudencias.

Gregorio nació en una humilde familia, de padres campesinos y nueve hermanos, es el mayor de todos, ni podía estudiar, ni lo dejaban, había que trabajar, raudo y veloz tenía que ayudar a su padre y así poder sobrevivir, por lo que decidió irse a la gran ciudad. Gregorio pronto encontró trabajo en una fábrica de cristales como aprendiz, le pagaban muy poco y trabajaba muchas horas, cuando aprendió lo despidieron por reclamar más sueldo, así que tuvo que ponerse a recoger chatarra para pagar la pensión y poder mal comer, poco le quedaba para enviar a su familia, tuvo suerte, un día recogiendo chatarra un señor se le acercó — ¡ Chico como te llamas ! — no me llamo señor contesto, me llaman Gregorio y a voces , que desea tan ilustre señor .— veras tengo un restaurante tienes buena planta y podías trabajar en principio de ayudante, cuando aprendas serás barman.— oh muchas gracias señor ¿ cuando comienzo a trabajar? — Si lo deseas puedes empezar ahora mismo, vamos — allá que fue nuestro amigo Gregorio a buscarse las habichuelas, trabajaba de sol a sol, eso sí por cuatro pesetas y un bocadillo, cuando aprendió, reclamó más sueldo y lo despidieron y así fue pasando la vida del » currito» Gregorio, trabajando mucho cobrando poco y malviviendo como millones de españoles, pronto conoció a una chica y con la prisa del pueblo y el ansia, no la sacó a tiempo y la novia quedó preñada — lo que me faltaba, se quejaba amargamente Gregorio, no por la criatura, sino porque ahora tendría que trabajar más horas aún — el padre de su novia salió raudo y veloz en su busca ¡ Gregorio haz deshonrado a mi hija, tienes que casarte con ella, cuidarla y alimentarla al igual que a tu hijo ! — Claro, señor Pedro lo que usted mande, pero vamos que ella se abrió de piernas, yo no la obligué bien que decía, aiiii, aiii, sigue no pares, no se preocupe usted que yo me caso cuando lo ordene — Gregorio se casó, se fue a vivir con sus suegros, este que era muy flojo y trabajaba menos que los reyes magos, encima le recriminaba que llevaba poco dinero a casa ( de sus suegros) así que tuvo que buscar un trabajo extra para alimentar a su suegro, su hijo, su esposa y él se comía las migas— y así pasaron los años, el hijo de Gregorio fue creciendo y pronto acudió al colegio, era un hijo sistematizado, esclavo de la civilización moderna y neoliberal, pues veamos y pensemos con la cabeza fría, todo el mundo no puede ser jefe, ni rico, así que eres en la pirámide el peón, el que lo soporta todo y gana menos.

pasaron los años y Gregorio y su mujer tuvieron tres hijos más, así que las bocas a comer aumentaron, entonces un amigo le dijo que para salir de la situación tenía que aprender cuatro cosas, a hacer te pasa para aprovecharse del sistema, al igual que los ladrones de guante blanco, aprender a menudear.

Gregorio fue aprendiendo a » robar» no le dejaban otra opción, cotizaban poco por sus horas de trabajo y cuando se jubilase le quedaría una poca mierda, así que decidió cobrar el desempleo y dedicarse a hacer chapuzas en los albañiles, además se separó de su mujer, aunque continuaba viviendo con ella, de esta manera también cobraba ayuda sociales y otras prestaciones, Gregorio pronto comenzó a ganar dinero a espuertas monto una pequeña empresa » Gregorio y Cia» reformas del hogar, eran tiempos boyantes, la » Cía» era su socio, su ex mujer, aunque continuaban viviendo juntos, ahora el se cotizaba bien alto, llegó a contar con quince trabajadores a los cuales tenía asegurados a la mitad, la otra mitad cobraba el desempleo y así se iban turnando incluso Gregorio de vez en cuando se daba de baja, trabajaba y cobraba dos sueldos. Gregorio se creía el rey del mambo, se compró el coche más lujoso, un caballo para su hijo,una casa en el campo y otra en la ciudad, iba de vacaciones a Záhara de lo Atunes y se ponía morado de tinto de verano y sardinas a la plancha, mientras contaba sus vacilaras en el chiringuito, en el barrio donde vivía miraba a los » pobres trabajadores» por encima del hombro, Gregorio había aprendido bien de determinados políticos que robaban a saco lleno, y así fue como Gregorio ganó mucho dinero tanto que gastaba como si no fuese a acabarse, Gregorio dejó de cotizar o cotizaba muy poco, eso sí siempre iba con un buen fajo de billetes en el bolsillo, alardeando, vacilando de su suerte, mientras sus trabajadores también estaban contentos ( pobres) pues recibían mucho dinero en negro y en nómina lo mínimo, además de cobrar el desempleo y trabajar, de vez en cuando Gregorio les decía, ustedes la mitad os vais treinta días de vacaciones pagadas por el estado y los » enviaba al paro de vacaciones» en esto que, de buenas a primeras llegó la crisis de sopetón, Gregorio esto no lo había prevenido, había invertido en comprar solares y viviendas en ruinas, ahora habían bajado tanto de precio que terminó en la ruina y entonces Gregorio, cabizbajo, cetrino y triste volvió al desempleo, al cabo de los años, ya cumplida la edad de Jubilarse Gregorio se quejaba amargamente de no haber cotizado cuando ganaba dinero a espuertas, se lo decía su amigo Curro, ahora te quejas y antes vacilabas y Gregorio terminó cobrando 429 euros, sin casa de campo, sin caballos y sin solares.

Los hijos de Gregorio, crecieron unos fueron  a la universidad, otros decidieron trabajar, uno terminó los estudios de enfermería, otra hija de Gregorio que también estudió auxiliar de vuelos, ambos terminaron en Inglaterra trabajando de camarero el,  ella de nirse, cobran el sueldo base.

Es la vida del trabajador no especializado, sistematizado para ser esclavo del siglo XXI. Así es y así continuará mientras el ser humano no pierda su condición de » endiosado» con prevaricación.

El barco se hace pequeño cuando se aleja en el mar y cuando se va perdiendo que grande es la soledad, no te vayas todavía, no te vayas por favor que hasta la guitarra mia llora cuando dice ¡adiós!

 

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